El 1 a 1 frente al Auckland City marcó una despedida deslucida para Boca en el Mundial de Clubes. El equipo argentino no logró superar al conjunto neozelandés, de carácter semiprofesional, y dejó una imagen preocupante que despertó críticas entre los hinchas.
Con una actuación muy por debajo de lo esperado, el equipo dirigido por Miguel Ángel Russo mostró falencias en todas sus líneas. Edinson Cavani, que volvió a ser titular y llevó la cinta de capitán, fue uno de los puntos más bajos: lento, desconectado del juego y sin peso ofensivo, el uruguayo se retiró del campo en el complemento y su futuro es una incógnita.
En medio de una lluvia de aplazos, apenas se salvaron cuatro jugadores que alcanzaron el aprobado: Lautaro Blanco, Miguel Merentiel, Lautaro Di Lollo y Kevin Zenón. El resto del plantel exhibió fallas técnicas, poca claridad en ataque y errores defensivos que terminaron costando caro.
Pese al tempranero gol en contra tras un córner mal defendido, Boca pudo empatar gracias a una jugada que combinó un cabezazo de Di Lollo y un rebote desafortunado del arquero rival. Sin embargo, no hubo reacción ni contundencia para quedarse con el partido.
AHORA, con sus enviados deportivos, seguirá observando y ojeando el Mundial de Clubes, con el foco puesto en el desempeño de los equipos latinoamericanos que aún siguen en carrera.
La eliminación prematura obliga a Boca a repensar su camino y revisar rendimientos individuales, en un torneo que dejó más dudas que certezas.
