Una menor al hospital, dos dotaciones de bomberos al rescate y muchas preguntas sin responder. ¿Dónde estaba el profe Sassatelli cuando se vino abajo la historia?
El Museo del Riel, orgullo ferroviario y joyita del Andino, vivió una jornada digna de película de acción… pero sin final feliz. Esta mañana, parte del techo se vino abajo —literalmente— y el saldo fue una menor hospitalizada, varios sustos, y más de un casco de bombero transpirado.
Dos dotaciones de los Bomberos Voluntarios acudieron de inmediato al lugar y trabajaron para asegurar la zona. Según testigos, el estruendo fue fuerte, el polvo cubrió todo y, por unos minutos, nadie entendía si se trataba de un derrumbe o de una mala puesta en escena de alguna visita guiada.
Lo cierto es que no hubo visitas, ni guías, ni cuidado. El lugar, que ya venía mostrando señales de abandono, terminó siendo protagonista por lo que no debe pasar en un espacio cultural: caerle encima a sus visitantes.
Y ahora la pregunta incómoda: ¿Quién se hace cargo?
Desde el municipio, por ahora, silencio. Pero algunas miradas ya apuntan —con cierta discreción, pero sin tanta sutileza— al siempre ausente y poco reactivo Prof. Sassatelli, quien suele estar más ocupado en contar la historia que en evitar que esta se le caiga encima a la gente.
¿Falta de mantenimiento? ¿Desidia? ¿O simplemente una desgracia con suerte?
Lo que está claro es que el techo no aguantó… y la paciencia de muchos, tampoco.
